El 12 de agosto celebramos el Día Internacional de la Juventud, una fecha promovida por la ONU que busca conseguir la participación de los jóvenes en todos los ámbitos de la sociedad, para solucionar los desafíos a los que la juventud se enfrenta cada día.
Actualmente tenemos la población juvenil más grande de la historia. Según datos de la ONU, en el mundo hay unos 1.800 millones de jóvenes con edades comprendidas entre 10 y 24 años. Y se trata de un colectivo frágil que hay que proteger, pero a su vez, con un gran potencial.
Muchos de ellos viven en zonas de conflicto; otros se encuentran en dificultades para el acceso al mercado laboral o a la vivienda. No es fácil para ellos participar en política ni en grupos de influencia social, lo cual les dificulta poder luchar por una sociedad más justa para desarrollarse como personas plenas.
Los jóvenes tienen el reto, sin renunciar al pasado, de luchar por lograr que vivamos en un mundo justo. Las fobias y discriminaciones, el machismo, la violencia de género y el racismo son algunos de los desafíos pendientes. Los jóvenes desde sus espacios de acción, estudio o trabajo debemos luchar y sumarnos a la búsqueda definitiva de sociedades de derechos con y para todos.
Los jóvenes representan un recurso humano importante dentro de la sociedad, ya que actúan como agentes de cambio social, desarrollo económico y progreso.